domingo, diciembre 04, 2005

Maxikiosco


Hoy hace un mes que empecé a trabajar en el maxikiosco de los hermanos de Julieta. Estuvimos saliendo un tiempo hace dos años, creo, y luego nos separamos. Nunca nos peleamos, eso fue raro, pero ella quería viajar, y podía, y yo estaba anclada al laburo y sin un mango.

Nos reencontramos para el baile de la primavera. Estuvimos charlando un poco, poniéndonos al día como se dice. Me contó que el viaje se le pinchó porque se le murió el padre y tuvo que volverse rajando para acá, había llegado hasta Perú. Después de acomodarse un poco y terminar la cuestión de los papeles con la mamá y los hermanos, ahora habían empezado un negocio entre los tres. Ellos querían invertir una plata que les quedó del padre y de paso independizarse, porque trabajaban en relación de dependencia. Así que el negocito de Julieta se agrandó.

La verdad es que me vino justo este encuentro, como les diría, a pedir de boca. Yo estaba a punto de largar mi sueño de independencia, porque no conseguía nada. Cuando no me pagaban, el laburo no me gustaba, y cuando no me acosaban los tipos, las minas me cortaban el rostro… Hasta llegué a pensar seriamente en pasar a una etapa de retiro voluntario, para sacarme un poco toda la mala onda!

Pero encontrarnos con Julieta me dio la oportunidad de probar una vez más. Ellos se tuvieron que acomodar y al principio me querían anotar como empleada y yo no quería, para que no tuvieran más gastos. Al final les dije que sí, no viene mal tener un recibo en blanco a fin de mes. El boliche se llama Kumbias, porque a todos les gusta la música. Ahora vendo golosinas.

Además, Julieta por ahora está sola, y a veces salimos juntas. No es que me haga ilusiones, ya me dijo que sin compromisos, por ahora. Pero está muy linda, y yo, hace rato que necesitaba estar menos sola.

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